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Sábado, 04 Enero 2020 02:01

Crítica de la serie LOS LADRONES DEL BOSQUE (Netflix, THE FLEMISH BANDITS). Con la flema que da es recomendable para irse a la cama.

Escrito por  Publicado en Críticas Series 2023-2024

 Una obra de teatro que suplanta a las pastillas para dormir

 

Nuestra tónica sigue siendo la de aplaudir los riesgos que toman las plataformas para hacernos llegar las novedades seriéfilas internacionales. Pero veneramos la valentía, que no la temeridad proveniente de la ausencia de miedo del que no sabe lo que hace y que, por lo tanto, puede transformarse en estupidez.

A Netflix ya la hemos alabado, sin escatimar en elogios y en múltiples ocasiones, por sorprendernos con algunas series que han descubierto por el camino sus afiladas garras doradas. Para muestra un botón, o unos pocos, en nuestros relacionados encadenados, que muestran un conjunto de recomendaciones que ya hemos publicado en este portal especializado en series.


Crítica de la serie LOS LADRONES DEL BOSQUE (Netflix, THE FLEMISH BANDITS)

Sin embargo, no podemos hacer lo propio con esta obra de teatro belga, que no es ni indigna ni ofensiva pero que tampoco aporta ningún valor añadido. Por momentos es soporífera, y una buena manera de terminar el día para los que tenemos problemas en la conciliación del sueño. 

Estamos ante una serie histórica basada en el libro «De bende van Jan de Lichte» de Louis Paul Boon. Narra las peripecias del carismático bandolero Jan de Lichte (Matteo Simone) que lidera a los oprimidos y a los débiles extraditados a los suburbios del pueblo por el alcalde. Marcados a fuego como si de ganado portador de una letra escarlata se tratara, son expulsados de la ciudad y confinados a la aldea/ghetto montada por otro bandolero, Trinkel (Stef Aerts) donde van a parar los parias y desechos de la sociedad. 

Jan de Lichte llevará a estos hombres y mujeres hacia una revuelta contra la aristocracia corrupta de Flandes en pleno siglo XVIII, como lo auguró el chamán de los forajidos.

Un nuevo "comisario" llega a la aldea, la persecución de unas huérfanas en medio del bosque bajo el pretexto de un juego que nos recuerda a una película de Passolini donde las bajezas humanas se abren paso en medio de la maleza, una familia noble cuya hija (Charlotte Timmers) debe contraer matrimonio con el hijo de una familia burguesa pudiente. Todo ello conforma el universo de "Los ladrones del bosque" que podría llegar a más si no fuese porque sus diálogos sólo están esbozados pero no trabajados.

  • El actor Matteo Simone, elegido para representar el carisma, tiene en este caso menos gracia que alguna actriz americana marcándose unas sevillanas. La gesticulación facial despunta por su ausencia, el vigor y empuje que nos imaginamos mancillan toda posibilidad de éxito, y el frío del vacío conquista nuestro lecho. A un lechoncito desamparado nos recuerda la mirada de ojos tristes de Simone.
  • Toda la escenografía en general nos lleva de vuelta a esa serie que no nos gusta (aún habiendo causado tanto furor): Outlander. Un decorado de cartón que presta poca atención a los detalles. Por ejemplo, cuando atado a un caballo al galope, Jan es arrastrado por al menos un kilómetro de bosque sin sufrir quemaduras, roturas o desgarros en sus ropas o rasguño alguno en esa carita angelical. A ver...que no son primordiales las magulladuras y responden a la orden de anécdotas pero contribuyen a que no nos traguemos ni un pelillo del tonto de al lado. Nosotros ya estamos calvos.
  • Como hemos dicho, diálogos tan sólo perfilados que carecen de la profundidad y del jugo que se les podría llegar a sacar.

  • De relieve se marca la perfidia, bajeza y coerción ejercida por el poder, pero de nuevo con la mecha tan corta que los fuegos artificiales se convierten en juegos artificiales.

Todo lo anterior se conjura contra nuestra voluntad de proseguir contemplando el teatro de lo absurdo. Un conjunto que complota para que Morfeo nos acune entre sus brazos.

El sofá como aliado del triple eje enemigo: Ladrones de pacotilla sin carisma + vaguedad disertiva y superficial+ di-van(idoso)= sueño profundo.

El gremio de farmacéuticos empezará a notar una bajada en las ventas de somníferos, se preveen revueltas a la vuelta de la esquina lideradas... ¿Quién sabe? Por un nuevo Jan de Lichte o a lo spanish... "Juan de la Luz" (el que la apaga).